Esposa de Pedro Sánchez comparece en tribunales: «Devuelve lo robado», le gritaban desde la calle
La cita era como imputada en dos nuevos delitos: apropiación indebida e intrusismo laboral
Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, compareció este miércoles durante media hora ante un juez de Madrid, como sospechosa en un caso de apropiación indebida, respondiendo solo a las preguntas de su abogado, informaron fuentes judiciales a la AFP.
En uno de los casos judiciales que acechan al líder socialista, Gómez está siendo investigada por haber registrado a su nombre un «software» financiado por empresas privadas y destinado a un máster que codirigía en la Universidad Complutense de Madrid hasta el inicio del curso 2024.
La cita era como imputada en dos nuevos delitos: apropiación indebida e intrusismo laboral.
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Estos se suman a los de corrupción en los negocios y tráfico de influencias, por los que ya había tenido que comparecer.
Pero la ex catedrática de la Complutense se ha acogido a su derecho de contestar solo a las preguntas de su abogado, el exministro socialista Antonio Camacho, después de haber entrado a los juzgados por el garaje, en coche oficial y entre un gran dispositivo policial que no ha podido callar los gritos de «¡devuelve lo robado!», que le han acompañado a su llegada.
La audiencia solamente duró 35 minutos, señala la prensa española.
El juez que instruye la causa contra Begoña Gómez no quiso declarar ante la prensa que rodeaba la Plaza de Castilla.
Y solo se limitó a decir: «Ahora ya a esperar al domingo a ver si me toca la lotería».
«Objetivo político evidente»
En las otras piezas del caso, abiertas en abril a raíz de las denuncias de Hazte Oír y de otra asociación próxima a la extrema derecha, Manos Limpias, se acusa a la esposa de Pedro Sánchez, de 49 años, de haberse aprovechado del cargo de su marido en sus relaciones profesionales.
A mediados de noviembre, hablando por primera vez sobre estos asuntos ante una comisión del Parlamento regional de Madrid, Begoña Gómez, especializada en consultoría y recaudación de fondos, aseguró que las acusaciones contra ella tenían «un objetivo político evidente».
Pedro Sánchez, por su parte, insiste en que no hay «nada» que reprochar a su esposa y que su Gobierno está «limpio», acusando a la derecha y a la extrema derecha de estar detrás de esta «campaña» de desprestigio.
La semana pasada, durante un encuentro informal con periodistas, el jefe del Gobierno llegó a sugerir que los jueces estaban en connivencia con el PP al facilitarle información sobre casos contra sus allegados, comentarios que llevaron a la presidenta del Tribunal Supremo a defender la independencia del poder judicial.
Este miércoles, en el Congreso de los Diputados, Sánchez dijo estar «convencido de que una amplísima mayoría de jueces y juezas de nuestro país cumple con su labor con absoluto rigor».
La desgastadora semana judicial de Sánchez y su entorno concluirá el viernes con la citación como testigo de una empleada de la Moncloa, sede de la presidencia del Gobierno, sospechosa de haber trabajado en realidad para Begoña Gómez ayudándola con su trabajo en la Universidad Complutense.
A principios de enero, habrá una nueva cita: la comparecencia del hermano de Sánchez, investigado por malversación, tráfico de influencias, apropiación indebida y fraude fiscal a raíz de otra denuncia de «Manos limpias».
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